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Christopher

Always be my MAYBE


Entre todas las selecciones de películas románticas que Netflix ha sacado, me he topado con la reciente Always be my maybe, que en lo particular me dejó conmovido y a la vez me hizo soltar un par de risillas, y sinceramente, sorprenderme con una aparición que no me esperaba. Sasha (Ali Wong) y Marcus (Randall Park) eran dos vecinos que se conocieron de pequeños, siendo que la comida de la madre de Marcus, Judy (Susan Park), uniría su relación y su destino. Desde el primer instante todo aparenta estar bien y las cosas se mantienen sin mucha expectativa hasta que un trágico suceso cambia la vida de Marcus provocando que Sasha se aleje de él. Después de 16 años de no verse, esta pareja de amigos de la infancia se ve reencontrada gracias a la asistente de Sasha y es aquí cuando los sentimientos del pasado también se remueve pero esta vez en Marcus, quien al ver la atareada y ostentosa vida de Sasha se encuentra en una batalla sobre lo que siente por ella. Ambos se mantienen en una búsqueda mutua y, como en toda película romántica, esto termina con un mensaje sobre la importancia de valor propio y el peso que tienen las relaciones sobre la aceptación individual (analizando a detalle, este guiño me gustó bastante y quizás te identifiques si has visto o vivido esta situación). No los voy a dejar a ir sin decirles que sí, es una película romántica y tiene su clichés, y sí se vuelve predecible en su argumento, pero la gran sorpresa fue ver a Keanu Reeves en un cameo haciendo algo de comedia bien lograda, sin lugar a dudas, se robó la escena en esa parte de la cinta. Me pregunto si hará más comedia a futuro, porque sabemos que como actor de acción es increíble.

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